Powered By Blogger

jueves, 4 de septiembre de 2014

FEDERICO II DE PRUSIA: Una vida privada largamente censurada


EL TABÚ SOBRE LA SEXUALIDAD
DE FEDERICO II "EL GRANDE"




Federico II, rey de Prusia y elector de Brandenburgo (1712-1786), gobernó entre 1740 y 1786, sucediendo en el trono a su padre el rey Federico-Guillermo I apodado "El Rey Sargento". Su fama de gran estratega militar y de monarca ilustrado es de sobras conocida en la historia moderna. Sus hazañas, aventuras y desventuras militares llenan varios tomos, así como sus innovaciones en el arte de gobernar un pueblo con justicia y equidad. Pero, en cuanto a su aspecto privado, durante largo tiempo se ha silenciado su sexualidad, que chocaba frontalmente con su reputación de aguerrido soldado y rey.

En lo que toca a su vida privada, no se le conoce ninguna amante del sexo femenino en una época en que eran una verdadera institución real, a excepción de una, la Condesa Anna Karolina Orzelska, hija natural del Elector Federico-Augusto I de Sajonia y Rey de Polonia como Augusto II "El Fuerte". De hecho, a Federico II le interesaba más la compañía masculina que la femenina.

 
Retrato del Tnte. Peter Karl Christoph von Keith (1711-1756).


En su adolescencia y con 16 años, Federico encuentra en Peter Karl Christoph von Keith un amigo sincero y fiel cuya familiaridad, a decir de su hermana mayor la Princesa Wilhelmina, va más allá de los límites exigidos entre un príncipe heredero y un joven paje. Su padre el rey Federico-Guillermo I, haciéndose eco de la particular amistad que une su heredero al joven, zanja brutalmente el tema y exilia a Von Keith. A éste le sucederá un joven soldado, el teniente Borcke, del cual el Kronprinz caerá enamorado a juzgar por el contenido de una carta en la que se le sincera abiertamente. Se ignora si el joven teniente le respondió en los mismos términos. Poco después, se produce el encuentro con el hijo de un general, Hans Hermann von Katte, 22 años; es un flechazo para un Federico de 18 años. Ambos planean huir juntos a Inglaterra para escapar de la tiranía paterna y proseguir con su idilio. La aventura acaba brutalmente y en tragedia: Federico y Von Katte son arrestados, encarcelados y torturados en Küstrin, juzgados por alta traición y, aunque los jueces se inhiben y declaran su incompetencia para juzgar al joven príncipe heredero, Federico-Guillermo I irá más allá. El Príncipe heredero se verá condenado a prisión y a asistir, horrorizado, a la ejecución capital de su amigo.


 
Retrato del oficial Hans Hermann von Katte (1704-1730), según Georg Lisiewski.
 
 
Retrato de la Duquesa Elisabeth Christine von Brunswick-Wolfenbüttel-Bevern, Reina consorte de Prusia y Electriz de Brandenburgo (1715-1797); obra de Antoine Pesne.
 


Aunque su matrimonio forzoso con la Princesa Elisabeth-Christine de Brünswick-Wolfenbüttel-Bevern haya sido probablemente consumado a lo largo de sus primeros años de vida conyugal en el Castillo de Rheinsberg, su esposa es rápidamente relegada a sus aposentos del Palacio Real de Berlín y literalmente abandonada a partir de su ascenso al trono en 1740. Si no le rinde visita, Federico insiste para que ésta sea tratada con respeto y reciba las atenciones debidas a una reina. La homosexualidad del rey Federico II de Prusia permanecerá, durante mucho tiempo, como un secreto de Estado que la decencia de los manuales de historia, el pudor de los biógrafos y los prejuicios de los historiadores prusianos condenan al silencio. De manera alusiva, se la mencionaba: "un rumor pudiendo explicar el misterio que rodea su vida privada, indica una herida mal curada como causante de la impotencia." Más valía un rey eunuco que invertido.



Voltaire no se anda con rodeos ni alusiones floreadas para abordar los gustos sexuales de Federico II. En 1759, escribía:

"Cuando Su Majestad era vestida y calzada, el estoico concedía algunos momentos a la secta de Epicuro: mandaba que vinieran ante él dos o tres favoritos, fuesen tenientes de su regimiento, pajes o jóvenes cadetes. Tomaban café. A aquél a quien se echaba el pañuelo se quedaba un cuarto de hora a solas con el rey. Las cosas no iban hasta las últimas consecuencias, dado que el príncipe, en vida de su padre, había sido muy maltratado en sus amoríos fugaces y no menos mal curado. No podía jugar el primer papel: tenía que contentarse con los secundarios."

A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Su médico privado, el Doctor Johann Georg Zimmermann, publicó un libro después de su muerte (1786) para cortar de raíz lo que consideraba una calumnia lanzada por los franceses, y habla de una supuesta gonorrea mal curada y de una castración accidental. Sin embargo, los médicos forenses anotaron claramente, en negro sobre blanco, que el cuerpo del monarca no había sufrido mácula alguna.

 
Retrato de Michael Gabriel Fredersdorf (1708-1758); obra de A. Pesne.


Cuando se encuentra prisionero en la plaza fuerte de Küstrin, y siendo aún Príncipe Heredero de Prusia, Federico conoce a dos personas que jugarán un importante papel en su vida: Michael Gabriel Fredersdorf y el Conde von Keyserlingk. Del primero, Voltaire escribió: "Ese soldado, joven, hermoso, bien proporcionado y que tocaba la flauta, sirvió en más de una manera para divertir al prisionero." Aunque hijo de campesinos, y cuando Federico II sube al trono, es elevado del cargo de paje del rey al de chambelán privado y tesorero, director del teatro real y, finalmente, canciller del reino y coordinador de los servicios secretos prusianos.

Del segundo, un poema escrito por el propio Federico a su llegada al castillo de Charlottenburg, deja clara la naturaleza de su amistad e intimidad. Siendo la homosexualidad considerada cosa contra natura en el siglo XVIII, el poema prueba que, para Federico II, no lo era en absoluto, desmarcándose así de la opinión general de su tiempo.


1 comentario:

  1. Muy buena tu publicación. Yo ya conocía que Federico era homosexual a través de las memorias de Voltaire, un pequeño librito que escribió casi en su totalidad, durante su estancia en la corte del rey, te lo recomiendo. Este es el típico ejemplo de la ocultación en la historia de la homosexualidad y el daño que nos ha hecho a los que lo somos hoy. Un saludo!

    ResponderEliminar